Nacer y renacer. El guión de nacimiento. Gestación e información inconsciente.
Recorriendo las profundidades de tu subconsciente, buceando en ese mágico momento en que fuiste concebida y gestada, descubriendo el momento de tu nacimiento, en el que el guión de tu vida fue escrito. Sanando los esquemas que traes, las creencias que te limitan, podrás entender el ser y estar en los nacimientos de otros seres y acompañarles desde tu verdadera esencia.
Impartido por: Ileana Rota, doula, renacedora y profesora de yoga. Directora de la formación.
Primer seminario del curso. LLego a Nagual y encuentro mujeres hablando aquí y allá. No conozco a nadie, pero siento un recogimiento especial, como un cariño en el aire que se puede respirar.
ResponderEliminarEntro en el aula. Guau! somos como 40 mujeres en el grupo de doulas!! Entre nosotras, algunas somos mamás, con bebés o sin bebés, otras no. Los bebés también están ahí con nosotras, moviéndose libremente, alimentándose en las tetas vivas y tranquilas de sus mamás.
"Esto va a ser un espacio muy otro" me digo mientras comienza la clase. El ser tantas mujeres, de diferentes procedencias y con distintos procesos personales y singulares experiencias en torno a la maternidad nos haría un grupo de una riqueza increíble. Pero además, el crear juntas un ambiente capaz de compaginar el enseñar/aprender con el críar y acompañar a esos seres pequeñitos moviéndose en libertad, siendo queridos y mimados, hacía de esta formación un espacio nuevo y muy atractivo para mi. Y entre todos estos estímulos y reflexiones internas, aparece Ileana, "la coodinadora del curso", una etiqueta demasiado fría y lejana para la cercanía que pronto nos transmitiría esta mujer. Con humildad, ternura, sabiduría, paciencia y honradez, Ileana nos propuso un viaje intenso en esos dos días del primer seminario. Según entendí, para poder acompañar un parto/nacimiento, una tiene que tener trabajado su propio parto/nacimiento, o por lo menos estar conectada con ello. Y qué mejor forma de conectarse que revivirlo.
Yo nunca había escuchado eso del "rebirthing", pero comprobé que no hacía falta mucho más que la voluntad sincera de hacerlo, tu propia respiración consciente, y una buena compañía que pueda acompañarte en un viaje tan especial.
Así, respirando, constante y consciente, conectada contigo misma, y escuchando las indicaciones que en forma de susurros nos iban sugiriendo, mi cuerpo comenzó a desear moverse de unos modos muy concretos, y fue libre para hacerlo. Primero las piernas, empujado, como rectando. Luego el cuello, empujando, como buscando el modo de abrir algo. Y a la vez, sentí como otro movimiento en mi cuerpo que no partía de mi, sino de mi contexto, que me acunaba. Ileana nos proponía: "dejar que la adulta que sois abrace al bebé que lleváis dentro". Me abracé, y mi mano sintió que el bracito que abrazaba no era mi brazo actual, sino uno muchísimo más pequeñito y blandito. Fue muy fuerte sentir que estaba abrazando al bebé que fui.
Al acabar la sesión no sabía muy bien cómo explicar y explicarme a mi misma lo que había pasado. De camino a casa lo fui digiriendo, y una fuerza muy intensa me iba llenando por dentro. Había algo irracional, sin lógica, que me hacía increíblemente feliz, como feliz de estar viva. Y también había una parte más racional, que me argumentaba a mi misma: dios! si has sido capaz de salir al mundo así, de nacer por tu propia constancia y energía, ¿qué será lo que no puedas superar en la vida si te lo propones?. Igual que mi cuerpo sabía como nacer, cualquier ser vivo sabe cómo hacerlo, porque está en la memoria celular de su organismo. Sabe vivir y sobrevivir. Esta idea me servía también para ver a las otras personas que me rodean como más capaces, autónomas, y dignas de mi confianza en su capacidad de superación.
Al acabar este seminario me di cuenta de que ésta no iba a ser una formación al uso, donde vienes a aprender cosas, sino un proceso de transformación y crecimiento personal muy muy transversal. Supe que no sería la misma al acabar el curso. Y que no sólo aprendería de mi experiencia, sino de la de cada una de las compañeras con las que estaba viviendo este proceso.