Entrevistas

 + ENTREVISTA A ILEANA ROTA, COORDINADORA DE LA FORMACIÓN DE DOULAS.
¿Puedes sintetizar la función de la doula en pocas imágenes/palabras?
Es como un  gato que sientes su energía pero no lo percibes de tan sigiloso que es.  Es el faro en una noche oscura en altamar, que hace de guía para que retornes a ti misma. Realmente la doula acompaña a la mujer mientras bucea bien profundo en su interior para descubrir quién es, qué quiere y cómo lo quiere y, al emerger a la superficie, se haga consciente de su propia fuerza y confianza para hacer las cosas desde su verdad, que es única.
¿Por qué son necesarias las doulas en este mundo?
Más que “por qué”, diría “para qué”. Son necesarias para reactivar socialmente un conocimiento que, si bien no está perdido, está escondido bajo muchas capas de falta de información y manipulaciones varias. Las doulas están en tierra de nadie y eso les permite poder hablar realmente sin pelos en la lengua sobre la maternidad como un rito iniciático, el más importante de la vida sexual de una mujer. Las doulas, al no ser personal sanitario, pueden hablar del parto desde un punto de vista más holístico, no sólo del cuerpo físico, sino también mental y emocional. Podemos permitirnos ahondar en cómo es la fisiología del parto y la lactancia y poner luz en cómo nos mienten, interfiriendo en los procesos naturales para enredar algo tan simple, y a la vez complejo, como es devenir madre.
¿Con qué ideas resumirías esta formación de doulas que coordinas?
La formación de doulas que coordino, siempre digo que es un viaje hacia ti misma. No me parece posible acompañar a otras personas si no empiezas por ti. El viaje comienza abriéndote a romper patrones y reconociendo las estructuras que te encarcelan, conectando con una herramienta muy potente ¡y gratuita!, la respiración. Después empezamos a navegar por el embarazo y parto verdaderamente real, descubriendo el sinsentido de la práctica habitual de hoy en día. Luego pasamos al postparto y la lactancia, temas que normalmente dejamos un poco de lado porque nos centramos demasiado en “el parto”, olvidando que después de este gran acontecimiento, viene otro mayor ¡que dura más tiempo!  También hablamos de la pelvis y el periné, de nutrición consciente y terapias alternativas. El regalo de tener a Michel Odent y Liliana Lammers es indescriptible pues son dos personas maravillosas con gran conocimiento y mucha experiencia, como todos los profesionales que colaboran en este curso.
Lo que me parece importante destacar de esta formación es que lo que verdaderamente hace es crear vínculos muy fuertes entre las mujeres que asisten, es una “excusa” para tejer redes, para abrirnos a compartir, conocer otros puntos de vista, trabajar el respeto, el amor y el desapego. Y, lo mejor de todo, es que nos vamos “entrenando” en relacionarnos de manera circular, para poder expandirlo allá donde vayamos, todo en beneficio máximo para la Humanidad. Es bien profundo y cotidiano, a la vez.

¿Qué tanto tienen las doulas de rescate de la sabiduría antigüa de nuestras abuelitas?
Es difícil generalizar y decir “todas las doulas rescatan tal o cual saber ancestral”. Cada una da desde donde tiene para dar y cuenta con las herramientas que ha ido adquiriendo a lo largo de su vida. Lo que sí creo que rescatamos todas las doulas es esa sabiduría antigua de mujeres acompañando mujeres, de comadres. Esa energía sutil y bella que se genera cuando estamos juntas, sin juzgarnos ni criticarnos, simplemente mostrándonos tal cual somos y aceptando a nuestras hermanas. Ese es el saber más importante que estamos recuperando.
¿Tiene perspectiva feminista este curso?
Si te soy sincera, no tengo muy claro si se le puede llamar perspectiva feminista a lo que ofrecemos en la formación. La idea es: Mujeres, recuperemos nuestro poder, unámonos entre nosotras y, desde ese círculo amoroso y poderoso, recordemos a nuestros hermanos, los hombres, que ellos también han perdido mucha sabiduría por el camino. Vayamos juntis hacia la luz y la fuerza que da el amor. Y tengamos en cuenta que las mujeres parimos tanto niñas como niños, que serán los hombres y mujeres del futuro. No podemos no contar con la otra mitad de la humanidad….
Aclaración: juntis es una forma, desde mi punto de vista, de poder decir juntos y juntas de una sola vez. Es mi forma de neutralizar el lenguaje y no excluir ningún género.

¿Quienes pueden/suelen acceder a tener una doula en su embarazo/parto/nacimiento?
Me encanta esta pregunta. Primero decir que hay un factor económico a tener en cuenta, no todo el mundo quiere-puede gastar cerca de 700 euros en el nacimiento de su hiji. En los cuatro años que he estado acompañando, el “perfil” de mujer que contrata a una doula es clase media, con estudios (mayormente universitarios), de raza blanca, europeas y que han elegido conscientemente ser mamás (tanto de manera natural como por tratamientos de fecundación). Si bien es cierto que he acompañando mujeres sin cobrar, fue una elección mía.
Estaría bueno que la doula fuera un servicio al que pudiera acceder todo el mundo y estamos caminando hacia el reconocimiento de esta profesión, que para muchos no es tal, pero para las mujeres y familias que acompañamos, marcan la diferencia en el recibimiento de sus hijis. Esto es un tema que llevará tiempo que se haga realidad, pero paso a paso se llega a recorrer un camino de mil kilómetros…

Si pudieras compartir un mensaje con las mujeres que se embarazan, ¿cuál sería?
 Tú sabes, sólo mira en tu interior y confía….
¿Y al personal médico de los hospitales que participan en los partos/nacimientos intervenidos?
¡ay! Los pondría a vivir la situación del otro lado, es decir, siendo ellis los “usuarios”. Quizá así caerían en la cuenta… También les regalaría un fin de semana de convivencia amorosa en grupo, puede que sus corazones se abran a ver y sentir más allá…
Si te dieran medio minuto ante los grandes medios de comunicación para hablarle a gentes de todo el mundo, ¿qué harías/dirías?
Primero respiraría bien profundo y abriría mi corazón para dejar  fluir todas las palabras de amor que surgieran de mi Ser. Lo que diría o haría, ni idea, pues cada momento es único y, si lo tuviese planeado, ya no sería espontáneo.